Desde cerrad los ojos...










No me queda palabra, -ni pedales para navegar el cielo-
cual abertura cede las luces del infierno;
al preludio de una grieta en tu cuello, -Al abismo-
sintiendo las aves tejerse en la sangre -colores desde dentro-

Y no poder gritar, ni recitar un cuento -la vida y el destino-
sintiendo perecer la sal de los dedos -manos volando en un verso-
Y la comunión de la boca, -padecer de sufrimiento-
terminando con la vela en desvelo
y el atardecer recitando un último verso -desde el silencio-
cual foco yace quebrado
(Desde el sol al sentimiento)

¡Quema! como todas voces cruzando los labios
cual herida yace en el pecho............



(Hay tanto que decir, que la boca suele siempre callar)





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