Incoherencias. El dolor de la vida.










No me desagrada la muerte,
ni tampoco lo amargo de la vida

No me desagrada la gente
(que se involucra para no ser persona)
(Ni aquellos que borran con un dedo su nombre)

No me desagrada... las aves colgadas a un techo
ni los peces ahogados en el agua
-de su hogar cavan la tumba-
-lástima que otros le dan veneno-
-lástima que son personas, -pensantes- lástima somos nosotros-

No me desagrada el aire inventado
por las nubes de colores,
donde dentro caen aves
y el movimiento de la vida
-todo lo que se lleva el viento-
perdiendo su pecho
entre las chimeneas
de sirvientes a la muerte
-lástima que les damos combustible-
-a la muerte de otro caído-
-y el pie lo has dejado tú y tal vez yo-

No me desagrada caer,
y ver caer a los muertos
y junto a un lazo de eternidad
amarrándose con los vivos,

cayendo; caemos,
no me desagrada;

ver como el humano se come así mismo
y en la inmundicia
comer excrementos
cual alimento
es vida
en este mundo de muerte,

sí le sacamos una pierna
a un cuerpo caminando

y en el crecer
sacamos la invalidez
para usar las huellas
en los rostros
que buscan
alcanzar la gloria
mientras
los árboles caen y suelen caer,

cual inmundicia es ver caer a los vivos
y en la doctrina del mal, dañar a los vivos,
y en la verdad, reiterar el final de los vivos

y no queda aliento
para excomulgar a una raza.
Sí se come así misma
y no sabe para qué,

terminando en decadencia,
terminando con esta pecera,

ya a trizas,
no sabe de vida
y sólo sabe de muerte,

ni el dolor es la cura para el dolor de la vida...




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