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SOLEDAD.













Pase a verme el rostro,
                               y
             simplemente
          no
pude ver nada,

y en los pasadizos de la mente
encontré sólo palabras
que
    hablaban
                de
                   soledad

unos cuantos poemas,
sueños;                    recuerdos

              y vocales
que se acentuaban
en una consonante muda,


sobre todo cuando se me reciclaron los dientes

  al no sentir los labios, al no sentir la garganta
                                                      tan ácida cuando soñé despertar
                                                      y simplemente solía morir como siempre
                                                      en un apartado de la cama que abrazaba la nostalgia
                                                      de ver como perecen las manos
                                                      abiertas a mi funeral

                      y por qué he muerto?

                     .              .               .

                     Nada más he sentido desaparecerme
-ser ausencia-
                     y verme envuelto al silencio...

...








"Y solíamos ser Ángeles"









"Solíamos ser ángeles saliendo desde lo más hondo de la tierra; al fondo nos alimentábamos de las lágrimas de raíces, cuando más el árbol tejía la grandeza de vivir más allá de la muerte... Así cuando la humanidad ha dejado de existir, así cuando ya no había vida sobre la roca inerte; así, sentimos ser ángeles debajo de la tierra. Y cuando cayo una lágrima del cielo, volvimos a ser vida sobre el cielo hecho madera, de nuestras alas dio alimento a un charco, y desde la oscuridad creció el mar, dentro de los océanos que crecieron aves desdobladas a un sueño, y desde el aire crecieron burbujas en plenitud a un nuevo ciclo de un cuento... ¡VIDA! ///

...

Solíamos ser ángeles enterrados en un sueño... Desde el silencio hemos sido un secreto... Un ciclo; un desvelo de un mundo paralelo...

Tal vez, puntos suspensivos en el cielo..."

(Esto lo saqué de mi cuenta de "Face" es una extremidad de algo que llevo entre mis manos, o mejor entre mis dedos que ocupan todas las bocas del teclado)

























Y solíamos ser luz a un futuro
recorrer la muerte
y sentir la vida
sin dejar morir el futuro
para fecundar el ciclo

que en el presente
fue violado por la guerra
la creación del alma

y sin tener las mismas alas
fuimos perdiendo la energía

tal poder de seguir dando esperanza

y hoy sólo somos mitología y leyenda
dentro de un libro
que se va comiendo
cada vez más las huellas tácitas
de un encuentro con el ayer
y desde el futuro
un suicida de la luz

que entre la oscuridad
se verá crecer la muerte y la vida,

y nosotros seremos olvido
lamentablemente imágenes sin rostros

y cuando llegue el preludio
nos verán como algo que no hayan vistos
mientras que nosotros convivimos
con ustedes, sí ni siquiera reconocen
que somos ahora; (Y nos llaman ángeles)




Y solíamos ser más que una palabra; una definición o un pasado, solíamos ser los guías para el presente; pero nos han dejado arar la tierra en soledad, se han ido las semillas con el viento, y desde el viñedo sólo vemos como el horizonte pierde la silueta; ya no es un límite, sino que la luz se ha ido muriendo, y en el hoy reina la oscuridad; ya no hay horizonte.


Solíamos ser lo que solíamos ser, pero como todo llega a un ciclo, nos enterraremos en la tierra, y cuando ya dejen de existir los pies, saldremos a remover la tierra, dejando que las raíces antiguas fecunden un huevo, que tendrá toda la esperanza para volver a caer en la oscuridad y luego en la luz, de tal equilibrio la paz y la guerra, el hambruna y la saciedad; la muerte y la vida.



Y solíamos ser ángeles antes de la vida,

y en el presente solemos ser invisibles a los ojos materiales,

y en el futuro seremos los guías; cuando esos ojos duerman y despierten los ojos del alma;
mañana seremos la filosofía

de querer que las semillas
aren su tierra
y logren fecundar
esperanza

para una humanidad desgraciada.


Cual cuento es aún tener libertad para sentir las alas;
sí las máquinas ya han quitado la realidad de un sueño,
cual ilusión es preservar una papel lleno de versos,
sí el futuro asesina al pasado; y el presente pierde

en cada siglo lo que se llama sentir el sentimiento....

Esta claro, los ángeles no sienten,
pero llevan el arte entre sus manos
arar la tierra
y el arte
de engendrar
la luz de la esperanza

mientras que la humanidad
se va acoplando a la muerte...







Gracias!!!

La ideología de un personaje en la imaginación perfecta.









No hay tanto que decir; -o tal vez- mucho que decir; pero recae caer dentro de un abismo y ver las paredes que son parecidas a todas; sin saber cuántas paredes he visto por primera; segunda o tercera vez, o tal vez no he visto nada y lo he soñado (Pero, ¿Cómo es que puedo soñar sí tan sólo soy un personaje?) quizás el señor de arriba o de al lado o de abajo me ha dado la capacidad de soñar y de engendrar un mundo nuevo dentro de mi, a tal escala que le daré la misma facultad a mi personaje primo y este hará lo mismo; hasta generar mil mundos paralelos o infinitos.

Y en cambio puedo saltar, puedo gozar de la vida e crear sentimientos que no son ni míos, puedo dar la vuelta al mundo en un segundo, y decir que ya le ha dado vuelta cien veces, y eso es porque el sujeto que me creo, ya lo ha dicho, y ya lo tengo grabado en mi mente imaginaria.

Entonces sí tengo la habilidad de soñar; también tengo la habilidad de pensar, -lo que estoy haciendo ahora- /Pensar/ y pienso cual es mi ideología natural, de donde provengo o que es realmente lo que debo hacer con el futuro que tengo en mis no-manos, que debo hacer o que debo seguir, donde debo caminar y que hay en rededor.

Se me vienen ideas sobrenaturales, de ver, que al fondo hay un pasillo, y una galería con miles de rostros, en ellos están seres que conozco pero, que ahora no reconozco, y es tan mágico e magistral ver todo lo que tengo dentro pero no logró concebir con mi inteligencia, que me dan ganas de explotar mis manos y dejarlas enredadas en el cimiento de un asesinato de la imaginación que no tengo.

Todo se puede dilucidar tangible, todo; sí vieran que los rostros son auto-retratos; al parecer míos, (Me da la sensación de ser yo en otros estados o en otros tiempos) y en la galería hay muchas puertas (Quizás esas puertas sean el preludio a otro futuro, quizás sí logré atravesar una puerta; logré ser un ser con total identidad pero desde este punto no pueda reconocer estos pensamientos. Y entre con otra inteligencia, con otra memoria y desde el principio sea alguien totalmente diferente, y logre construir mi pensamiento, e inteligencia y logré construir la memoria a partir de diferentes hechos que se adjudicarán a la libreta que llevo en la mente y en el pecho.

Ahora que hago, debo pararme en este mundo en blanco; y reunir mis capacidades para engendrar una idea propia del yo e sostener mi ideología, será que mi ideología sea "NADA" el principio del caos a la incertidumbre es saberse que uno es nada; y para huir de ello debo empezar a construir algo, y después de desgenerarme por completo; hasta ser un creador; vuelva a ser nada; la nada de volver a este mundo; y lograr pensar de nuevo que hice mal en el futuro, que hice; y por qué; pero cuando habrá la puerta y entre a otro destino u vida, olvidé todo lo que he sido en esa página blanca; y construya otro error sin saber cuál es la verdadera verdad de lo tangible a una realidad que no sea imaginaria.

Será que camino; me detengo, pienso y no pienso; luego medito, siento; respiro, y dejo mi último aliento, y en ese trance recuerdo, pero ya no estoy en el lapso de vivir, sino que simplemente muero y las raíces de la nada me llevan a ese mundo en blanco, y recuerdo por qué no puedo recordar cuando muero en la realidad de vivir.

Ya sé mi ideología, pero de que sirve; sí mientras me dan otra posibilidad de cambiar; no recuerdo nada; quizás debo pensar en nada; y así recordaré lo que debía recordar para no caer de nuevo a un abismo. Y quien me este manejando recuerde que debe hacer otra cosa más que imaginar la ideología de un personaje en una imaginación perfecta. Y sí es así, yo ahora abriré una puerta, y caeré de nuevo en una obra de un artista que busca la perfección pero siempre como siempre caerá en un error, el error será no saber cual es el punto de la perfección; sí hoy en día salen nuevos genios no reconocidos, y entre tantos el nivel se va acrecentando, y no hay límites, y en eso cae el error, quien diría que "Dalí" es un genio sí "Leonardo" ocupaba un espacio más allá del universo o "Sábato" que dirá "Luis" o mejor que dirá "Luis" de "Munch y el grito" o de Bach; que hay tantos genios por ahí del arte que entre tanta "psicoanálisis de Nietzsche" todo los genios irán desintegrándose hasta quedar reducidos en Nada, después del todo; y antes del algo....


Del universo; a una explosión; y lo fue todo; desde una roca a algo, y más atrás a una página en blanco...




Gracias. (Los ensayos de la creación dentro de un pensamiento e imaginación me ayudan a despertar)



¡Quiero vomitar! -Sé que no es un buen título- pero, es tanta la necesidad de flanquear la inspiración en una prosa.











(Hay un universo invisible e mutuo en razón a uno y a miles que divagan buscando sus zapatos; y espejos que yacen en jardines metálicos. Dentro y muchos pies atesorando la búsqueda de una consonante perpetua a través del hielo de la observación y el desierto tibio de la libertad de expresar los sonidos de una mueca herida en el pavimento, tantas calles de una ciudad gris sin corazón)
























-Título: Rutina no de siempre en la Ciudad Gris-


Me gustan tus ojos azules, me gustan más cuando son verdes, me mirabas; ¡te miré! quitaste la mirada, te flanqueé, te miré; y mi me miraste (Me hubiera gustado preguntarte sobre el juego de miradas) Pero, no te conocía, ni tu menos a mi, era el regreso, el regreso de un viaje con motivo, pero, en mente no había motivo para terminar en dos piezas; o en tres, y recordar que de nuevo viajo en los brazos del movimiento de la electricidad por el cuerpo interno, y todo eyaculan personas, y las puertas se abren; y salen de allí motivos para regresar a sus trabajos; motivos para encontrarse con quien quieren encontrarse y motivos para descansar en sus casas o en el restaurante más cercano o tal vez relajarse en las plazas atestadas de palomas; pero eso es en el final; es cuando ya ha terminado la labor de renunciar a una mañana atestada de ajetreo visual.


No importa el año; ni el mes, sólo el día; 18 de algo;
9:00 A.M.

El sol parecía caerse, esta colgado en un techo quebradizo -siempre se caen lágrimas de ese techo- ayer se cayeron zapatos doblados; hoy solo cayó la brisa; y parecía que la contaminación había sido exterminada.

Saludé a tres personas, una señora que no recuerdo, un caballero que pareciera que sonríe siempre; y un niño que no conozco, pero me saludo, y por caballerosidad debía devolverle el saludo; aunque de nuevo me dijo hola, era como devolver el tiempo, y de nuevo al principio con su hola y yo qué; respondí de nuevo con un hola; y caminé, caminando sin motivo alguno; tratando de derribar las calles circundantes que se acercaban con una tristeza tétrica, y delineando la soledad de esas calles vacías, hasta ver como el murallón de más de cincuenta kilómetros miraba sin mugre en sus ojos -La cordillera tendrá ojos- (Yo creo que mira a todas las hormigas como trabajan en la labor de mover sus pies y sus manos, y algunos simios mueven sus patas que siempre llegan a ser pies -yo una vez me consideré simio, aunque me considero aún- -El humano es un animal que quiere ser superior; hasta poder destruir a la misma vida que habita- por ende prefiero llamarme simio en la realidad de humanos. 



Bueno el murallón mira con tristeza, como los metales corren tras calles agujereadas de zapatos y ruedas torcidas en un lamento efímero del trabajo de siempre.

Y me detengo donde todos se detienen, miro el reloj -es verdad no tengo reloj- pero, miré mi muñeca por un acto reflejo, quizás ayer tuve un reloj, aunque el reloj que siempre llevo esta tatuado en mi pecho- Había un tumulto de muchedumbre, todos a guerra y codazos por abanicar un espacio en el corcel metálico; todos y dos señores de rojo con una identidad enorme "Fiscalizadores" se hacían señas entre sí, vieron a una pareja con un coche enorme, tomaron al bebe, y uno de los padres lo dobló hasta dejarlo pequeño, y subieron al corcel vegetal, hasta terminar hasta no sé donde.

Y me senté en el paradero, viendo a la muchedumbre irse -no me gusta los espacios llenos- el asiento era un hielo, aunque esperé por 30 segundos, pero el frío asesinó mis glúteos, y la música en mis oídos me hacía pensar sobre aviones de papel exterminando a la meditación de ecos; fumados por el señor de a la derecha. Un Bus con el número 208 se detuvo, abrió sus pestañas, y entré a sus ojos, era un pasillo con el final de un rostro perdido en el sueño, -saqué la tarjeta- la roce en los labios del lucro, y sonó un chillido de alegría para el Estado, y los brazos debajo ya no estaban estáticos, pude desplazarme, pude moverme hasta las vértebras del corcel.

Pero saben algo, -en ese momento- estaba en el limbo de mis pensamientos e versos surrealistas de una realidad externa con la realidad de viajar en un bus público, y de pronto, cuando con una sonrisa de libertad; oía un tema genial de "Deep Purple" y dejo de escucharse en mis oídos, lamentablemente el cabello de cobre se enredo con una vértebra, y el sonido del Olimpo, dejo de remover los poros surrealistas de mi existencia, y ha muerto un "audífono" y... escuché los ecos de conversaciones ajenas, pude ver que habían más personas existiendo, pude y sentí que no era el único pasando las pruebas del destino, de la vida, de todo.

Y es raro saben, es raro ver como todos hablan entre sí, unos cantan sin saber que otros les escuchan, y otros juegan con sus manos o un lápiz, y los más cultos juegan con sus ojos en páginas que se ríen de ellos, al saber que mientras más se presionan leyendo, menos entenderán el cometido de cada lectura sobre la locomoción pública. De alguna forma es aburrido no tener un acompañante en los oídos, ni el sonido de una pieza clásica, ni el rock de locura mental de una guitarra transformando los tarros en etérea razón de sentir, vivir y gritar hasta quedar sin garganta. Pero, eso no era lo que pasaba.

Observé- las calles se doblan, pareciera que alguien las dobla, -pero, no suelo ver a nadie doblarlas-
y llego a otro lugar, ahora hay muchas personas detenidas en puestos del cielo, todo es tan extraño, los ecos en mis oídos, y una anciana sentada cerca, es aterrador, de alguna manera, el tiempo pasa más rápido, hasta ver que las pestañas se abren, y miro; y estoy en "San Antonio" y no sé a donde ir; sólo sé que debo encontrar a "Morande 404" -Digo permiso- la anciana se mueve pero sin pararse; me doblo en una posición de 360º -ya, que el corcel se detuvo de estruendo- y abre sus pestañas, y entonces bajo, bajando en una vereda un poco hostil de zapatos.

Pareciera que todos corrieran, pero ellos caminan; caminan a paso rápido, como sí fueran electrones en busca de su fin común, -mover a un país; con sus trabajos, o sus anhelos o aspiraciones- 

Y es extraño, por el hecho, que escucho, una sinfonía, y es conmovedor, me adentré en "Paseo Huérfanos" hasta encontrar la dichosa calle, y en un lapso sin detenerme; escuche la sinfonía, era tal pulcra la nota; y los agudos, los graves; ¡TODO!
-La sinfonía, es la de muchos zapatos, tocando el instrumento de la calle apedreada, ese sonido tan sutil, tan audaz; tan profundo, tan perfecto, que todo es un caos, todo, todos por allá; por acá; por latitudes más allá de la imaginación, removiendo las entrañas sensoriales, corrompiendo la tranquilidad de un orador meditando.

Pero yo, con una sonrisa maquiavélica; una sonrisa demente; pero para dentro, dentro sonreía gritando, oír la delicia de miles de zapatos sonando raudamente entre las murallas de enormes gigantes de metal, con la aspereza del frío tétrico de la ciudad gris. Es tan cautivador. Tan del otro mundo, hasta me pareció estar muerto, y sentir el paraíso en mis oídos.

Ni siquiera con los audífonos, he sentido ese sonido angelical de un ruido más allá de la expectativa de querer terminar con mi caminata, sonreía a gritos, y no sé cuánto tiempo ha pasado, hasta que pude ver a dos sujetos con cabezas albas, y vestimentas verdes, miran y hablan sandeces; abrigando una caja enorme con cuatro ruedas debajo. O quizás son seis u ocho ruedas. -Que importa-

Y la dichosa calle, "Morande" pero, el problema era saber por el lado donde ir, sí a la izquierda o a la derecha, no tenía monedas para decidirlo, así, que decidí lo inverso a mi razonamiento normal; a la derecha; habían muchos pingüinos -pero, adultos- Hablaban también sandeces, todos correctos, todos hablando de "ni idea" todos parecían callarse pero hablando, son muy extraños.

Y estaba perdido. Me detuve frente a una señora de tres ojos, brillaba cuando pasaba un minuto, cambio a rojo y las ratas metálicas se detuvieron; cambio a verde y siguieron las ratas, me fije en ello, pensando en donde quedaba ese lugar con las raíces de un árbol, -queda al frente de la biblioteca nacional del congreso dijo "La conciencia"- (Pero en realidad no sé donde esta) Cruce cuando cambio a verde, y esperé un minuto, crucé cuando cambio a verde a la izquierda, y caminé, en realidad no crucé cuando cambio, pero le faltaba poco para ello. Y caminé; una chica hablaba con un aparato pequeño, pensé; ¡Está LOCA! habla y habla, sobre un trabajo que debe entregar, y habla mucho, pero no se mueve, y no me deja caminar hasta llegar a donde no sé llegar, y tuve que saltar; volar; para volver a aferrarme a la vereda. 

La puerta, una puerta enorme con un hombrecito en la entrada, y unas pestañas de cristal, y una sinfonía más, pero, de ecos, resonaban en los estantes de dientes mordiendo la intranquilidad de dedos; fumando la muerte en una artritis segura. Le pregunte algo al hombre, me digo a la derecha ¿Por qué siempre a la Derecha? 

Y se abrieron las pestañas; y entré a ese escondite de maleantes, habían unos asientos sentados en ancianos -Siempre hablo al revés, hasta cuando pienso- y junto a mi, entro un señor con un maletín adherido a su brazo inválido -al parecer tenía un garfio- debió ser un "Pirata" de alguna forma peleaba con el maletín; sin poder sacar el documento anhelado. Yo, deje que mis manos se adentraran en los bolsillos que no llevan nada, y saque dos papeles. Y una voz resonó los tentáculos de los nerviosos; y dijo: "Pase el siguiente" y pasé; -no me fijé sí era por orden de llegada- de algún modo pasé; y nadie dijo nada. 
El señor raspaba el apellido de la hoja por una secuencia de números amorfos, y se rascaba la frente, y de nuevo pasando otro documentos; y apretando los dientes de un coyote; que vomitaba hojuelas de metal de un papel saliendo del trasero de una caja alba de amargura. Le dije "ha terminado" Me dijo: "No joven" esperé, y recibí el parto de letras y números en mis manos, y dijo el señor "Pase el siguiente".

Saliendo de ese lugar de ecos tartamudos. Sentí la incomodidad del lugar. Me refugie en un sueño, hasta despertar en la línea del estomago; de algo que llaman "metro tren" baje como sí estuviera el tiempo masticando mis pies, y me adentre en el abismo de sonidos ahogados, como queriendo gritar; todos corriendo, pero saliendo como sí los persiguiera un animal salvaje. Y claro ese animal se llama rutina o TIEMPO, y bueno el tiempo no me perjudica, sólo quería comprar audífonos nuevos.



Y tome la tarjeta, y fue extraño, en la frente del lucro; marcó sólo veinte pesos, como para comprar un frugelle, fue raro, tan poco tiempo ha pasado, ni siquiera llevo una hora de movimiento pendular en mi motor de tiempo, en fin. Me deslice por las escaleras, bajando tanto, tanto, tanto, tanto ¡TANTO!
que el lugar estaba vacío, al parecer estaba el intestino de algo, y derecha a izquierda pasaban suplementos de personas colgadas, sentadas y hablando de muchas cosas; sólo veía labios. De alguna forma pasó un suplemento a través de mis ojos. 

Abrió sus pestañas metálicas de cristal; y de entrelace a una muralla metálica, dentro habían muchas caras, rostros de afligidos en la rutina diaria; muchos sujetos y las señoras sentadas; las jóvenes mirando, y muchos mirando nada. Y de pronto, alguien me miró, sentí como sí hubiera un enorme ojo acechando mi elocuencia al saberme existente. La miré, y quitó su mirada, la miré yo, y quito su mirada, de ojos verdes la miré; pero más me gustaban sus ojos azules, -delgada; blanca; su pelo liso y de color extraño; su rostro elocuente y la familiaridad de mirar y luego quitar la mirada, o sentirse mirada y mirar a quien la mira; como un juego de miradas- Fue extraño, era demasiado extraño, saber que alguien tiene la misma particularidad.

Y pasaron muchas estaciones, Paso "Einstein" me pregunto porque no lo pronunciarán con "Ains" es extraño, porque como se lee y no como se pronuncia, acaso se pronuncia así en Chile, pero, la realidad que ahora dice "Dorsal" recordé a unas aves que nunca he visto, pero me suenan en cuentos de mi tío, y otras cosas que me cuesta recordar. Y "Zapadores" no sé porque me recuerda a Zapatos,  y una sinfonía pasada, y de repente se bajo ella, -una desconocida- era extraño, en fin, aún no era mi turno.

Y de pronto "Vespucio Norte" y como es la última estación, había que bajarse por "el lado Izquierdo" al fin algo que es del otro lado, aunque los lados siempre son los mismos, siempre son los mismo payasos tratando de manejar un tren de recursos económicos y culturales; de recursos de Sociedad. Y bajé; y subí hasta llegar al cielo, hasta llegar al espacio y desde dentro morir en el universo.

La Historia continua, pero se me cansaron los dedos.
Tengo todo en la biblioteca ilimitada de mi cerebro...


Alguna vez seré escritor.







(Los anormales vemos la realidad de una manera normal; en el rango de vernos en ella)











De las tensiones orgasmicas, -los sucesos simultáneos- y el tren desfigurando el radar en una espalda melancólica, ¡Y no es el final; no lo es, es tan sólo el principio! ¿Qué queda? -de nuevo repito una palabra-


Y pasa el tiempo, -y no ha pasado nada- y una alguien se enamora de un alguien; y tan sólo yo evocando a la soledad; delineo mis dedos a la brisa temporal de un día de invierno; tan casual como una primavera descolocada en la realidad.

Y no importa, -no importa- que pasen las personas (Desconocidas; conocidas, y unos abrazados a la nostalgia; hasta aferrar sus lágrimas en el "aire acondicionado" y de pronto miro al cielo, y una gota cae en mis mejillas)

[No he escrito nada hace cinco días; nada como el cielo albo de lagunas mentales]

Y ahora, trasluzco una sonrisa maquiavélica; después de salir de mi cuarto -amargo; tal vez agrio- cuando deje la copa al final de mi cama, allí, ahogándose en un lamento de ver perder la última gota, tras los funerales de la botella de Ron, -Ni metamorfosis- A no, qué, era- Era tal vez una botella de whisky que cambio a Ron, y mi sonrisa se aprieta hasta excomulgar la tensión de hoy día (Que ya no sé que día es, ni siquiera nada, ¡Es marte; miércoles; jueves; o Viernes! tal vez no es un día, es un año, o una década) Ya he perdido el rumbo con los cadáveres tirados en el pasillo de mi cuarto -botellas fingiendo sonreír-

Y el alcohol reemplazando mi sangre; el hedor de la garganta casual a un llanto, y la amargura por ver pasar a personas entrelazadas a la felicidad. Desierto mis ojos, los quito, y fomento las pupilas al cielo nocturno y ¡Brillan! quieren llorar, quieren manipular el universo y la privacidad de los muertos, ¡Quieren!

Y yo no quiero nada, tan solo desfigurar las yemas de los dedos, y agonizar en el pavimento, trasluciendo los ecos de mi llanto, ¡Y no sé la tristeza!

No sé por qué las personas pasan; escupen sus palabras, y tirado en la calle, ni siquiera ven mi sonrisa maquiavélica cayendo en un agujero; donde el hambre cae; desfigurando el rostro de los años.

Y de nuevo- en mi cuarto, contando el tiempo libre, mirando como los años se han corrido con el reloj de un motor muerto,

Será porque el mundo sonríe, y yo- me atesoró en un lugar sin cambios, donde en la realidad ya he cambiado, mis ojos se amargan con la oscuridad, mi boca se agria con un líquido fermentado en la llaga -herida de mi espalda- y mi voz se ha perdido entre los ecos de un cuarto forajido por la causalidad de renunciar a la vida, a tú vida! a la vida de todos, y ya he perdido el rumbo de los rumbos; donde torpemente suelen caminar los sujetos con pies y zapatos lustrados, y aquellos que se someten a las huellas del destino.

Yo hace siglos renuncié a mi destino, hace siglos perdí el conocimiento de la vida, hace mucho he perdido mi voz, mi aliento, mis ojos y la respiración
y ahora mueve los dedos
a un triste vaivén con la botella
y la boca a una copa
perdida en segundos
cuando el llanto llega al final
con la tenue lluvia
intranquila
despierta a las hormigas
y los bichos de mi boca
larvas sacuden las venas
y la sangre se diseca
por el tiempo dosificado en dolor...






Joel Parra...


Incoherencias. Cuento.




Surrealismo.
















Toma nota. -Claro-
Seguimos en la línea; sobrepasado carros, y las vías se doblan, se mastican por una enorme boca; cayendo a punta de tropel -Cierra los ojos- Ni el picaporte me cierra los párpados -Entonces encubre la muerte- Ni el silencio respira la velocidad abierta en los oídos (Que espanto) La boca se come a sí misma -un agujero negro- Al tobogán caímos, ni hay superficie; ni tampoco abismo -ya se ha perdido el cielo- ni el freno de los dientes resiste a la caída entre las arrugas de repollos, (Cual muerte es quien se come a sí misma; la muerte a la muerte; es terrible, incertidumbre, CAOS; estamos en la nada)
Pareciera que te salieras del vehículo carnal -yo y tú eres de metal- [El silencio se hace evidente] y no hay regresión que te llame entre ecos (Abre los ojos - Abre los ojos- Abre los ojos - abre los ojos - Abre los ojos)
Pura santa verdad es saberte fuera y yo saberme dentro -Entonces muevo las manos, y anunció un ruido estomacal en tu garganta, y al unísono una cachetada-
Y los carros ¿qué? -los carros han ido cambiando- se deforman las cosas, el ruido fuera es evidente; los repollos, las sábanas; y la mano temblando cayendo de la cama; y tu desapareces abriendo los ojos -y me pierdo con el hálito de luz- Se pierden con los ecos [Despierta; despierta; despierta; despierta; son las siete]
Ni la boca metálica puede acallar el cansancio de mis notas, cual partitura termina por adherirte una sinalefa en tus orejas.

Tomo nota -Claro ya es de mañana-

De Arquitectura; a la cama, esta lejos, la maqueta; y los cartones cuelgan de la cabellera, ya no reconozco entre carros y siluetas,
y le enorme boca de reloj acorazado
fomenta el ruido de la presión
¡Oh por Dios! la hora
llegaré con las manos vacías
y el pegamento
pegando el último sonido
de los ojos a punta y tropel
con el carro a la salida ¡Ya es tarde!
de la maqueta a la espalda, las pezuñas; y arar el pavimento,
que abrimos agujeros,
y en la nota fúnebre llegamos primero,

(Cierra el ascensor; agujero negro, pronto a un dos)

-Desvelo-