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Cuando el sexo es amor...











Quisiera desgarrar-te la boca
en un beso desgarrar el dolor

en el aliento desgranar el oxigeno

en la saliva quemarte con el ácido de mi interior

quisiera quitar-te la piel

... en la carne
desangrarte el verbo

la acción de rejuvenecer de nuevo
de nuevo nacer y crecer en ti

quisiera arrancar los cabellos
que esconden tus ojos negros*

dar orgasmos al silencio de tus labios quisiera
cuando decidamos partir al centro del universo*

desde la luciérnaga incandescente
desnudar el origen de la vida*

para sentirte;  -poseerte

poseer las raíces de tus pies
en la cordillera del fuego
saliendo de los poros-

latiendo en la imaginación-

tocando el vinilo-

dulzura
de encontrar 
tus manos
cayendo 
en mi pecho

-perdiéndose en el cielo
volando más allá del gemido del silencio...





Dentro de la carne más carne... [Ósea las cajas)










[...]Y sí nos quitamos la piel...,

para desnudar la mugre 
de esta horrible existencia

veremos músculos mecánicos
entre los nervios
(que dicen contraer algo)

(Sexualidad desdoblada
conducida a un conducto
húmedo, asfixiante de turbia
imaginación a imaginar...)



y sí nos quitamos la carne
veremos la belleza
de ser finitos; delgados
veremos que somos metal

y en la cavidad del vacío
(Seremos nada,
despojando la timidez
la agria forma de vernos
sentirnos y aborrecernos;
sin concebir el deseo)

querremos quitar los huesos

y sentiremos lo que sentimos siempre

sí eso!!! nada!!!
sentiremos otra vez
ser nada; sintiendo tal vez ser algo y entre ese guiño todo...

Y sí nos quitamos este mar de pensamientos

eso seremos, seremos solamente nosotros...

lo seremos. Cuando el sol decida caerse al mar

y la luna decida huir con el universo


[...]y la vida
decida casarse con la muerte

en ese tiempo sin tiempo seremos siempre...

...

Pretextos de la vida... ¡Pretextos son sólo PRETEXTOS!





(La poesía es mi vida, no hay idioma que imponga cambiar de boca, como tampoco de lengua,
la poesía se puede doblar en mil partes y desde luego seguirá siendo poesía)












Y sabes, de nuevo huyo, me encanta huir,


decir adiós mil veces (TAL VEZ)



y volver
cuantas
veces
pueda



como hace seis meses



re en con trar palabras
tantas tiene ese libro?

Tantas que..., quedarás sin ojos

yo..., ya he perdido los míos...

pero..., me encanta viajar

y poner los pies en otro mundo

cantando canciones retocadas
y canciones que nadie canta

tantas, tantos pretextos para que no me conozcas
tantos..., pretextos..., para esconderme

y tantos para decidir ser un papel blanco

sin muestras de..., 
algún poema...,

sin nada,
ni prosa que se le parezca

-sin cuento-

no me gusta el futuro
ni mucho menos el destino,

no me gusta pensar en el mañana ni mucho menos vivir el presente,

ni recordar esos ayeres plagados de felicidad y desdichas muertas,

me gusta seguir los caminos al revés
inventando puertas que no hay

abriendo el yugo de vivir en paz
en la guerra de mis dedos

cuando más siento vivir allá
donde he perecido más de mil veces -acá-

y aquí sigo siguiendo la misma línea
(A que bella canción; me hace recordar algo
que no olvidaré nunca; jamás)

Y soy silencio; ¡y que importa...!

Me gustaría alcanzar la última estrella del universo
para desvestir; ese músculo inmóvil, de este drogado pecho.

Y de nuevo consumo las mismas drogas

de nuevo miro este hermoso mundo
¡¡de nuevo los ojos!!!
de nuevo todo...!!!

Y quiero largarme...

... quizás mañana te encuentre... quizás no,

quizás de nuevo seré el plano
de un segundo pleno 
más el tercero y no me encuentres...

sería no, sí no sí no; síno...

... tal vez no sé...




...

Ella abrazando a un niño.











He perdido la voz,
caminos se han perdido
desde el sur
hasta el norte/

en la descabellada forma
de retener el tiempo
sobre arrugas del viñedo


cuando ya es tarde,
-ya es del otro día-

y el desamparo del abrigo
-se atasca en el reloj-

y el recuerdo
de "Ella abrazando a un niño"

queda como quedando retenido
en la pintura de la pared vieja

quebraja; con lágrimas de madera
cual astilla sobresiente el corazón de termita;

yendo al suicidio de la naturaleza,
cuando más no encuentro palabra
para dejarte atada en la..., corteza...

"sostén eléctrico
al vacío"

aquí donde no me ves
pero te veo...,
/en la chispa de mis párpados/
-oculto la oscuridad
dejando morir la luz
resecando
lo seco de la voz de antaño
cuando eras paz
y..., yo guerra

en esta caída de teclas...,
recuerdas/

-como envenenamos el veneno
y asesinamos a la muerte


y... en el orgullo de darla vida a la vida
abrazamos palabras suicidas-


Como tú..., palabra de ayer
y.., yo palabra de hoy


-y el reloj sacude los árboles
en el asiento ocupado del recuerdo-


donde sigues tú al lado de la muerte-
al rostro borrado
de mis manos-


cuando era ave; y tú lamentablemente eras aire...

(Se acabo el aire..., el viento..., en cenizas sostuvo al mundo,
y las aves envenenaron la belleza... del arte al cielo...)



...

Incoherencias. El dolor de la vida.










No me desagrada la muerte,
ni tampoco lo amargo de la vida

No me desagrada la gente
(que se involucra para no ser persona)
(Ni aquellos que borran con un dedo su nombre)

No me desagrada... las aves colgadas a un techo
ni los peces ahogados en el agua
-de su hogar cavan la tumba-
-lástima que otros le dan veneno-
-lástima que son personas, -pensantes- lástima somos nosotros-

No me desagrada el aire inventado
por las nubes de colores,
donde dentro caen aves
y el movimiento de la vida
-todo lo que se lleva el viento-
perdiendo su pecho
entre las chimeneas
de sirvientes a la muerte
-lástima que les damos combustible-
-a la muerte de otro caído-
-y el pie lo has dejado tú y tal vez yo-

No me desagrada caer,
y ver caer a los muertos
y junto a un lazo de eternidad
amarrándose con los vivos,

cayendo; caemos,
no me desagrada;

ver como el humano se come así mismo
y en la inmundicia
comer excrementos
cual alimento
es vida
en este mundo de muerte,

sí le sacamos una pierna
a un cuerpo caminando

y en el crecer
sacamos la invalidez
para usar las huellas
en los rostros
que buscan
alcanzar la gloria
mientras
los árboles caen y suelen caer,

cual inmundicia es ver caer a los vivos
y en la doctrina del mal, dañar a los vivos,
y en la verdad, reiterar el final de los vivos

y no queda aliento
para excomulgar a una raza.
Sí se come así misma
y no sabe para qué,

terminando en decadencia,
terminando con esta pecera,

ya a trizas,
no sabe de vida
y sólo sabe de muerte,

ni el dolor es la cura para el dolor de la vida...




...