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Y las cucarachas comen migajas de pan...






(La poesía en las calles de Santiago, la poesía en las calles del Mar, la poesía desde en la cima del morro,
tan alto como ver a las gaviotas bebiendo de la soledad... exprimida de los ojos que he tirado al mar...)




(Tengo cucarachas en mi cabeza)


Y estoy pensando en ti..........,



Y de nuevo pienso en ti...,



(Tengo fiebre y alucino)



Y no dejo de olvidarme de mi......,



Y de nuevo olvido ser quien no he sido,


por sólo pensar en-ti,

pensando sin pensar

(En mis bolsillos tengo siete monedas)

como el número que tienes en la frente
-y debajo del ombligo-
allí donde se desnudan girasoles

[Te has dado cuenta;
que los ejes cambian de lugar
y solemos cambiar,
tú desde el aire
y.., yo desde mi silencio]

y no podemos mendigar por más éter;
sin consumir nuestras bocas
en la caída de la flama
donde te sientas
y caes siendo otra vez
una linda puesta de sol
-Y no hablo de tus ojos-

¡¡¡Tal vez siento!......., eso tú lo sabes mucho mejor

(Me he sacado muchas fotografías)

pero en ninguna sales tú,
sí estoy alucinando
aún no puedo encontrarte

¡deberé tomar de todo el frasco!!!
aunque te vea sentada en tu cama
-y tú no me veas-

(Quizás estoy muerto)

con la misma mueca que esta en mi rostro,

(Dentro de mis bolsillos tengo muchos papeles)

ninguno sirve, 
(dentro de mis bolsillos esta mi voz)

Ni
la
boca 
que 
suele 
alimentarse

sirve 
para 
engendrar 
el 
manicomio 
de mi 
cabeza
que 
encierra 
el 
introvertido 
salto
del saltamontes queriendo llegar al sol
comúnmente incinerado
suele llegar y morir

quizás, ¿somos saltamontes...?

...Cuando saltes al sol
¡morirás! viviendo una vez más
donde has muerto!!!

(Y mi cabeza atropella las calles
donde suelo envainar
la catedral de mi espalda
desde el incierto cuerpo
arraigado en la soledad)

Y..., ¡tengo nostalgia y melancolía!!

vi muchas letras tuyas
unas que hablaban de whisky
y otra de vals (He jurado no casarme nunca)

y pasa el tiempo
y las palomas se comen todo el pan...

(Tal vez continué con la misma letanía)

(En la misma lejanía, y... se me han acabado las migajas de las manos
pérdidas de un cuerpo, sólo huellas en soledad, valga la redundancia)

(Y tal vez continué con la misma lejanía, y las palomas huyen, y las manos se escapan,
y la soledad continúa ocupando un lugar...)




...
Joel Parra.
...

Ella abrazando a un niño.











He perdido la voz,
caminos se han perdido
desde el sur
hasta el norte/

en la descabellada forma
de retener el tiempo
sobre arrugas del viñedo


cuando ya es tarde,
-ya es del otro día-

y el desamparo del abrigo
-se atasca en el reloj-

y el recuerdo
de "Ella abrazando a un niño"

queda como quedando retenido
en la pintura de la pared vieja

quebraja; con lágrimas de madera
cual astilla sobresiente el corazón de termita;

yendo al suicidio de la naturaleza,
cuando más no encuentro palabra
para dejarte atada en la..., corteza...

"sostén eléctrico
al vacío"

aquí donde no me ves
pero te veo...,
/en la chispa de mis párpados/
-oculto la oscuridad
dejando morir la luz
resecando
lo seco de la voz de antaño
cuando eras paz
y..., yo guerra

en esta caída de teclas...,
recuerdas/

-como envenenamos el veneno
y asesinamos a la muerte


y... en el orgullo de darla vida a la vida
abrazamos palabras suicidas-


Como tú..., palabra de ayer
y.., yo palabra de hoy


-y el reloj sacude los árboles
en el asiento ocupado del recuerdo-


donde sigues tú al lado de la muerte-
al rostro borrado
de mis manos-


cuando era ave; y tú lamentablemente eras aire...

(Se acabo el aire..., el viento..., en cenizas sostuvo al mundo,
y las aves envenenaron la belleza... del arte al cielo...)



...

Desde cerrad los ojos...










No me queda palabra, -ni pedales para navegar el cielo-
cual abertura cede las luces del infierno;
al preludio de una grieta en tu cuello, -Al abismo-
sintiendo las aves tejerse en la sangre -colores desde dentro-

Y no poder gritar, ni recitar un cuento -la vida y el destino-
sintiendo perecer la sal de los dedos -manos volando en un verso-
Y la comunión de la boca, -padecer de sufrimiento-
terminando con la vela en desvelo
y el atardecer recitando un último verso -desde el silencio-
cual foco yace quebrado
(Desde el sol al sentimiento)

¡Quema! como todas voces cruzando los labios
cual herida yace en el pecho............



(Hay tanto que decir, que la boca suele siempre callar)





Palabras al viento...



A veces la vida es más que la vida, -pero- entre la oscuridad la vida pareciera ser una terrible pesadilla, una dolencia que está, que hiere; que mata, y uno quiere que la puerta se abra, y queda cerrada; hasta perder la boca y luego el alma, y sé abre. Cuando el dolor es vida, ¡se abre! cuando sé es muerte, se abre; cuando ya no hay luz última para querer despertar en un sueño... 








No existe definición
-ni palabra-
[Ni voz]

Para apreciarte la boca
sumida al llanto

cuando agonizas
mirando la puerta
(Queriendo que se abra)
...
y
sólo queda lamento
quedando las sombras
siluetas sinuosas
acribillando la espera

en
el
dolor
las palabras al viento
murallas dando el tibio amor
cual desenlace es ver caer tus manos

cuando la esperanza ha decidido morir;

no hay voz para borrar el silencio

¡Y las palabras no bastan!

la soledad está presente
arrancando la nostalgia

-y la puerta- aún no quiere despertar
frente al rincón del pecho herido

ni- sonidos- aplauden oídos
-ahogados-
el frío endurece la sangre,
y aún la sombra de una puerta quebrajada
resiste al viento,
aún sigue cerrada
como la boca
atestada de lluvia
y las lágrimas fallecidas
cuando sé es de mañana
en el tiempo escabroso

donde, ya has desistido
cerrando los ojos
muriendo-

(La puerta se abre)

Y cuervos llevan tu cuerpo,
y la sombra renace
mirando
como te vas,
en un adiós eterno...

-La muerte te mira desde el silencio...-





Incoherencias. El dolor de la vida.










No me desagrada la muerte,
ni tampoco lo amargo de la vida

No me desagrada la gente
(que se involucra para no ser persona)
(Ni aquellos que borran con un dedo su nombre)

No me desagrada... las aves colgadas a un techo
ni los peces ahogados en el agua
-de su hogar cavan la tumba-
-lástima que otros le dan veneno-
-lástima que son personas, -pensantes- lástima somos nosotros-

No me desagrada el aire inventado
por las nubes de colores,
donde dentro caen aves
y el movimiento de la vida
-todo lo que se lleva el viento-
perdiendo su pecho
entre las chimeneas
de sirvientes a la muerte
-lástima que les damos combustible-
-a la muerte de otro caído-
-y el pie lo has dejado tú y tal vez yo-

No me desagrada caer,
y ver caer a los muertos
y junto a un lazo de eternidad
amarrándose con los vivos,

cayendo; caemos,
no me desagrada;

ver como el humano se come así mismo
y en la inmundicia
comer excrementos
cual alimento
es vida
en este mundo de muerte,

sí le sacamos una pierna
a un cuerpo caminando

y en el crecer
sacamos la invalidez
para usar las huellas
en los rostros
que buscan
alcanzar la gloria
mientras
los árboles caen y suelen caer,

cual inmundicia es ver caer a los vivos
y en la doctrina del mal, dañar a los vivos,
y en la verdad, reiterar el final de los vivos

y no queda aliento
para excomulgar a una raza.
Sí se come así misma
y no sabe para qué,

terminando en decadencia,
terminando con esta pecera,

ya a trizas,
no sabe de vida
y sólo sabe de muerte,

ni el dolor es la cura para el dolor de la vida...




...

Si no quedará vida...
















Las huellas de fuera, no tendrían sentido

y los cabellos marchitos

no sabrían donde succionar lamento...




Cual raspaje ocasiona tristeza...,

violín quebrantado

agoniza..., al tiempo




Cercenando migajas

dichas del universo




Lágrimas expuestas, desnudas

caen de la mirada, borrosa

el ocre de la luz

irradia la sombra

con el arma

asesinando la alma...,






¡Sí no quedará vida!

¡Estás palabras serían las últimas... palabras...!






Holocausto. I.







Caminar sobre la muerte.

Perdido y apagado...

Las manos siniestras;
desangran pudor...


El hollín, tatuado
en costillas débiles
al dolor la vida...,
al cielo el dolor...

Caminar sobre alambres...,
la sangre en el óxido...,
pies quebrados...
el llanto apedreado......

y la voz -la voz,
agonizando
buscar
un
poco
de paz.

Y balas corrompen la sien;
en búsqueda de la luz
y el cuarto en la cabeza...
-oscuro- en penumbra
grita dolor, dolor asalta
la guerra entre ecos...
y la tristeza es amor,
y el amor -mera ilusión-

las manos caídas...
látigos mentales
degollan la flor...,
pétalos marchitos
sucumben... ante... el odio...